¿Por qué nos cuesta tanto cuidar el agua?

A veces me pregunto, por qué a pesar de las diferentes campañas que se realizan en torno a la importancia del agua, las diversas propagandas que puedan existir, los diferentes anuncios, informaciones, noticias, etc, nos cuesta tanto comprender y realmente darle el grado de interés que se merece este tema.  La verdad que aún no logro comprenderlo.  No sé que estamos esperando.  Investigando una vez más en internet, encontré un blog de "El Universal" de México, el cual comparte la misma problemática, en una nota de hace unos años:

"Pero a pesar de los esfuerzos, de las constantes campañas, de los estudios cada vez más precisos y difundidos sobre el desperdicio en México o sobre el grado alarmante de contaminación de ríos, lagos, presas y cualquier tipo de almacenamiento de agua en el país, éste sigue siendo un grave problema que, para colmo, ni siquiera aparece entre las prioridades nacionales, sea en el gobierno o en la sociedad, donde muchas personas siguen sin tomar conciencia de la amenaza real que representa el desperdicio y agotamiento del líquido.

¿Qué se necesita para que entendamos que cuidar el agua, no desperdiciarla, hacer un uso razonable de ella es algo imperativo, urgente, vital para todos y cada uno de nosotros? ¿Racionar el abasto del vital líquido nos hará entender que la escasez, si seguimos desperdiciándola, será cada vez más frecuente?"   http://blogs.eluniversal.com.mx/weblogs_detalle6824.html

Realmente pasa en todo el mundo.  ¿Quizá, como dice el texto anterior, estamos muy acostumbrados a tener agua todo el día y por eso no la valoramos?  Existen definitivamente muchos lugares en nuestro país que gozan de ese beneficio (al menos por ahora), pero no sucede en todos los casos.  ¿Deberíamos tomar tales medidas, como racionar el consumo de agua, para que de una vez tomemos conciencia?  Yo creo que sí, y si existen otros métodos, bienvenidos.  

Los años pasan, las generaciones cambian, pero el agua se agota.  No es broma, solo basta intentar informarse un poco y se darán cuenta que es verdad.  Debemos dejar de lado nuestra conformidad que siempre nos mantiene tan tranquilos como si no sucediera nada, y pensar más en los demás, o tal vez no pensamos lo que podrían sufrir nuestros hijos o nietos cuando no tengan el agua que nosotros desperdiciamos. Al menos hagámoslo por ellos.